Escribía todo lo que me salía de dentro
en cualquier superficie ligera
que quisiera prestarse a ello
para luego llevármela, doblada con cuidado
excesivo.
Escribí todos los pensamientos
los que llevaba sobre el pecho, a la vista de todos
los que escondía tras mis ojos y nadie veía.
Tengo apuntes, notas, renglones de vida,
dibujos, garabatos, palabras sueltas,
vocales que me avisan que escriba para ellas
consonantes que se quejan de mis largas ausencias.
Tengo en tinta mil promesas, olvidadas decenas
intentos fallidos de poesías, de historias tristes,
de cuentos dulces, de hombres difíciles,
de mujeres que esperan.
Escribo sino qué haría, no tengo más alma que la escrita,
los años me arrastran y ella permanece,
doblada con cuidado
excesivo.
El primer comentario, el mio.
ResponderEliminarEs una experiencia gratificante esta entrada para mi. Gracias mamen
Muchas gracias Lola, para mi también lo es.
ResponderEliminarLa memoria del alma no se pierde nunca!
ResponderEliminarBESOSSS
Que verdad que es Paula. Un beso
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